El suicidio mi amiga es una espera maldita.
Enrique Verástegui
A mis hermanosEnrique Verástegui
Nosotros los suicidas bebemos en silencio mientras los agujeros del tiempo se desvanecen.
Nos reunimos con otros suicidas y hablamos de nuestros planes de suicidio,
Bajo extrañas consignas y planes que no entendemos.
Nosotros los suicidas sujetamos el cráneo de Dios,
Mientras las hijas de Lucifer incendian nuestras casas.
Contemplamos intensamente el silencio,
Y caminamos ciegos por parques habitados por fantasmas,
Dibujando las distancias en nuestras mentes.
Nosotros los suicidas nos sentamos al borde de nuestras camas,
En habitaciones oscuras,
Con nuestros pulmones destilando plomo y calor.
Sujetándonos informes en esperanzas vacuas,
Olvidados,
Observando el universo como insectos mutilados,
Descomponiéndonos en el tiempo.
Nosotros los suicidas contemplamos a las arañas mientras éstas tejen los hilos que sujetan a las calaveras de la muerte,
Mientras las melodías de la noche bajan lentamente por nuestras nucas.
Nosotros los suicidas reímos a mitad de la noche,
Mientras nuestras mujeres escapan con sus amantes.
Entonces llega esa extraña señal a nuestros cerebros,
El sonido del alfiler en medio de la habitación oscura,
Sólo entonces sabemos que ha llegado el momento,
No habrá marcha atrás.
2 comentarios:
no hay marcha atrás...
j.e.
y el alfiler... ya cae?
Ah hermanos, "solo esa habitación sabe cuan peludos aun somos"
en todo caso
"ha sido una buena pelea"
la memoria .. uds saben .. la memoria..
Aun se ama.
PD.- "no es mi ... lo que me preocupa ..." Hay que buscarnos abajo... es cierto : NO HAY MARCHA .... NO QUARTEEEERRRR
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