Es casi fin de mes y la providencia le está fallando a Cacahuateman. No hay goles de media cancha, ni gambetas brazucas, por el contrario parece que el partido terminará con autogoles de último minuto.
Ya llegan las cuentas piensa, la luz, el gas, el alquiler, la plusvalía!!! Cristo Jesús exclama, alianza no levanta, saca el celular del bolsillo y ve que tiene más likes en su página magazine, sonríe.
Cacahuateman no tiene redes sociales personales, ya que es un hombre buscado por los bancos, a quienes pagará cuando marque un gol olímpico.
Cacahuateman tienen hipertensión y es candidato para la glucosa del año, por un tiempo hizo ejercicio pero ya sabemos cómo acabó eso.
Su mujer lo alienta, pero el sólo piensa en el suicido. Un día subirá las escaleras y pedirá hablar con su abogado, para esto, ha de dejar sobres lacrados y solicitudes de ampliación de créditos.
Cacahuateman, sube al techo de un edificio, ve el sol, las aves, quiere volar, piensa en sus mejores años, y también quiere matar a la nostalgia pero no puede.
Cacahuateman desciende nuevamente, camina por las veredas del mundo, observa la alfombras de acero, mira melancólico la cts que no puede tocar, piensa en renunciar y en el último tango, pero Paris está lejos y en cambio los bares del centro cerca. Divisa una cantina en el horizonte, cuenta con la mano en el bolsillo las monedas (sus dedos tienes ojos) le alcanza para ponerse alegre, se sienta, pide dos chelas, saca su celular, se percata que tiene más seguidores, soy un influencer piensa, llena un vaso, lo sube a la altura de sus ojos, ve la realidad amarilla, hasta dentro, fuaaaaaa!!!!
- Srta un arroz chaufa sin huevo!!!!
-Claro que sí joven
Cacahuateman es feliz.
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