Mi abuelita Angélica
Hola abuelita, acá estoy para ti, al lado de tus hijos, que finalmente están juntos como lo pediste. Mis primeros recuerdos contigo fueron en Valdiviezo. El bus se acercaba por la av Nicolás Ayllón, después de haber pasado a través de la Lima de los años 80, el arco de la urbanización Valdiviezo nos esperaba frente al paradero Bandera azul y a una vieja textileria, el camino hacia tu casa era una línea recta, y los pasajes escondían botellas de cienfuegos y sonidos hondos y profundos. En tu casa habían unas tazas de colores y una jarra naranja dónde hervías agua. La cocina olía a kerosene como en las cocinas de todas las abuelitas y allí estabas al lado de la radio grande de la sala recibiéndonos. Recuerdo las fiestas donde sonaba tabaco y ron y el volkswagen rojo del abuelo era el barco donde navegaban tus nietos. A veces tu seriedad me asustaba un poco pero yo solo era un niño pequeño que le tenía miedo a los pavos de tu corral. Y así los años pasaron frente a nuestros ojos y ...