miércoles, septiembre 23, 2009

LAS ARAÑAS DE MI MUERTE

Siento como sus mandíbulas cortan mis entrañas en una sinfonía esquelético muscular,
Se internan en mis órganos y se alimentan de existencia,
Sus hebras rodean ferozmente mi cerebro,
Y así me conduzco a mitad de la noche en una extensa soledad boreal.

Las arañas usan metáforas de viento,
Escucho sus susurros,
Sus crímenes y sus amores de viudas negras.

Puedo sentir sus venenos entre mis venas,
Sus cuerpos henchidos por flemas rojas,
Que protegen un amor secretamente fusilado.

Las he oído cantar con el corazón triturado y triste,
En noches inacabables de cerveza y blues,
Reposan al borde de mi cama,
En mi cráneo,
Sobre mi boca,
Hundiéndose lentamente en la marea del sueño ebrio de Dios.

Las arañas pronto abandonarán mi cuerpo,
penetrando a través de mis ojos,
Otras atravesarán mis heridas,
Cortando las carnes con sus mandíbulas de acero,
Brotarán desde mis costillas como mujeres salvajes que abandonan el paraíso,
Luego de haber comido todas las manzanas de Dios.

Las arañas de mi muerte escapan con sus cuerpos ardientes de veneno,
Marchan fuera de mi universo,
Atravesando rezagos orgánicos,
Ahora son sólo un ejército de arácnidos cruzando las paredes que esconden mi muerte,
Marchan sobre el crepúsculo del amor,
Entre las sombras,
Desde mis manos,
Oscurecidas,
Venenosas,
Como poesía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pasó un buen tiempo para encontrarse con un mejor texto.

esperemos una pronta publicación.


Jonathan Estrada